Un amigo de Puerto Rico me
pregunta que cómo me divierto ahora que vivo en Libia.
Quienes me conocen saben que mi
salida favorita siempre fue la típica salida de ‘Cine y Cena’. Bueno aquí en Libia no hay cines y los restaurantes, casas de té (no hay bares o pub’s porque
es un país musulmán y el alcohol es ilegal) y cualquier otro lugar de reunión público
son solo para hombres. Los restaurantes más costosos advierten que cuentan
con un salón familiar, que estará cubierto de cortinas para que ningún
hombre de la calle o sentado en el salón principal pueda ver las mujeres de la familia. Las diversiones aquí se dividen entre las de hombres y las permitidas o bien vistas para
mujeres. Las mujeres se divierten comprando, siempre van acompañadas de sus
esposos y ellos te compran todo lo que necesitas o quieres de acuerdo a su
presupuesto; disfrutan comprar de todo, alimentos en el supermercado,
vegetales, frutas y artículos para el hogar en los mercados populares,
maquillajes, joyería fina (mucho oro), ropa, también van al salón de belleza, a tatuarse diseños
con henna e incluso algunas van al gimnasio (exclusivo para mujeres). He visto
mujeres solas, pero no es muy común, además ese no es mi caso porque la familia
palestina de mi esposo es bastante tradicional.
En mi caso, salgo cuando mi esposo está en la ciudad, vamos a caminar 2 millas cuatro días a
la semana (ves todas las parejas caminando, puede que la mujer que va caminando
sola por el área de ejercicios es porque su esposo o algún hombre de la familia
la está esperando en el auto estacionado en un área cercana, que sea una mujer
soltera o viuda sin familiares cercanos del sexo masculino). Mi esposo y yo también
vamos de compra, de visita a casa de sus hermanas y familias amigas y también hacemos
turismo interno. Aquí en Libia hay ruinas antiguas de tiempos en que griegos y
romanos anduvieron por estos lares, él es geólogo de profesión y yo una
aventurera, así que este es un paseo que ambos disfrutamos mucho (Cirene city). También hay
valles rodeados de montañas rocosas con cuevas donde antes vivían comunidades enteras y ahora son un espacio
para que familias y parejas hagan pasadías (Wadi Al-Kuf). Además la compañía de mi esposo ya
de por si es una diversión, nosotros conversamos mucho, gracias a Dios a pesar
de nuestras diferencias culturales, de pensar y ver el mundo y la vida con
cabeza y ojos diferentes, somos muy afines. Tenemos conversaciones interesantes
que yo disfruto muchísimo y además nos reímos en cantidad, de nosotros mismos,
de las cosas que nos pasan, nos reímos de todo lo que podamos reírnos y esto es
algo que ambos apreciamos. Y bueno, cuando mi esposo se va por un mes a
trabajar en el desierto, como ahora, pues no salgo, él compra todo lo necesario
para que su familia en el primer piso no tenga que salir y a mí me deja también
abastecida de todo lo que se pueda necesitar durante un mes, en caso de
emergencia se llama a los esposos de las cuñadas casadas que viven cerca. Así paso
un mes en la casa, escribiendo mi blog, volví
a escribir columnas de opinión para distintos medios, atendiendo mi
tienda ‘online’ de túnicas y pashminas indias, hablo con mi familia por Skype
todos los días y en el Facebook me mantengo en contacto y al día con mi otro
mundo, ustedes. También tengo un TV con dos satélites conectados para ver
canales de casi todo el mundo. Estoy disfrutando y aprendiendo mucho de esta
experiencia, digamos que mi diversión favorita en cualquier parte del mundo, es vivirme la vida.
* Daritza Rodríguez-Arroyo, Todos los derechos reservados de autor / copyright©.
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