jueves, 1 de agosto de 2013

Vivirme la vida


Un amigo de Puerto Rico me pregunta que cómo me divierto ahora que vivo en Libia.

Quienes me conocen saben que mi salida favorita siempre fue la típica salida de ‘Cine y Cena’. Bueno aquí en Libia no hay cines y los restaurantes, casas de té (no hay bares o pub’s porque es un país musulmán y el alcohol es ilegal) y cualquier otro lugar de reunión público son solo para hombres. Los restaurantes más costosos advierten que cuentan con un salón familiar, que estará cubierto de cortinas para que ningún hombre de la calle o sentado en el salón principal pueda ver las mujeres de la familia. Las diversiones aquí se dividen entre las de hombres y las permitidas o bien vistas para mujeres. Las mujeres se divierten comprando, siempre van acompañadas de sus esposos y ellos te compran todo lo que necesitas o quieres de acuerdo a su presupuesto; disfrutan comprar de todo, alimentos en el supermercado, vegetales, frutas y artículos para el hogar en los mercados populares, maquillajes, joyería fina (mucho oro), ropa, también van al salón de belleza, a tatuarse diseños con henna e incluso algunas van al gimnasio (exclusivo para mujeres). He visto mujeres solas, pero no es muy común, además ese no es mi caso porque la familia palestina de mi esposo es bastante tradicional.

 La otra diversión es asistir a bodas. Aquí el matrimonio es el evento más importante en la vida de cualquier persona (tanto para mujeres como para hombres) y su familia. Se celebran muchos matrimonios y por todo lo alto. Cuando son familias adineradas son eventos que nunca olvidaras y si son pobres tampoco porque incluso con limitaciones económicas la familia y los vecinos cierran la calle y muchas celebraciones, las más humildes, duran varios días. Siempre las mujeres en un salón y los hombres en otro. Los libios, palestinos y árabes en general disfrutan visitar las casas de sus familiares y amigos; también es todo un acontecimiento con protocolo y todo, y más vale ir con hambre porque en una visita de una hora o dos, se sirve comida y bebida (tipo refrigerios y entremeses) de tres a cuatro veces. Si los lazos familiares son bastante cercanos, por ejemplo visitar a mis cuñadas, después que yo mantenga mi cabello cubierto con mi ‘hijab’ y vista mi ‘abaya’ (vestimenta larga) todos podemos estar en el mismo salón, si la visita es a una familia amiga, pues hombres en un salón de visitas y mujeres en otro, las casas y apartamentos cumplen con estas especificaciones de sala familiar y salón o salones de visitas.
 
En mi caso, salgo cuando mi esposo está en la ciudad, vamos a caminar 2 millas cuatro días a la semana (ves todas las parejas caminando, puede que la mujer que va caminando sola por el área de ejercicios es porque su esposo o algún hombre de la familia la está esperando en el auto estacionado en un área cercana, que sea una mujer soltera o viuda sin familiares cercanos del sexo masculino). Mi esposo y yo también vamos de compra, de visita a casa de sus hermanas y familias amigas y también hacemos turismo interno. Aquí en Libia hay ruinas antiguas de tiempos en que griegos y romanos anduvieron por estos lares, él es geólogo de profesión y yo una aventurera, así que este es un paseo que ambos disfrutamos mucho (Cirene city). También hay valles rodeados de montañas rocosas con cuevas donde antes vivían comunidades enteras y ahora son un espacio para que familias y parejas hagan pasadías (Wadi Al-Kuf). Además la compañía de mi esposo ya de por si es una diversión, nosotros conversamos mucho, gracias a Dios a pesar de nuestras diferencias culturales, de pensar y ver el mundo y la vida con cabeza y ojos diferentes, somos muy afines. Tenemos conversaciones interesantes que yo disfruto muchísimo y además nos reímos en cantidad, de nosotros mismos, de las cosas que nos pasan, nos reímos de todo lo que podamos reírnos y esto es algo que ambos apreciamos. Y bueno, cuando mi esposo se va por un mes a trabajar en el desierto, como ahora, pues no salgo, él compra todo lo necesario para que su familia en el primer piso no tenga que salir y a mí me deja también abastecida de todo lo que se pueda necesitar durante un mes, en caso de emergencia se llama a los esposos de las cuñadas casadas que viven cerca. Así paso un mes en la casa, escribiendo mi blog, volví  a escribir columnas de opinión para distintos medios, atendiendo mi tienda ‘online’ de túnicas y pashminas indias, hablo con mi familia por Skype todos los días y en el Facebook me mantengo en contacto y al día con mi otro mundo, ustedes. También tengo un TV con dos satélites conectados para ver canales de casi todo el mundo. Estoy disfrutando y aprendiendo mucho de esta experiencia, digamos que mi diversión favorita en cualquier parte del mundo, es vivirme la vida.
 
 
* Daritza Rodríguez-Arroyo, Todos los derechos reservados de autor / copyright©.
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