Ayer mi esposo se despidió de mí
a las 8:00 a.m., le habían dicho que tras dos semanas sin gasolina, habían
llegado los camiones a Bengasi. Llegó a casa en la noche, cansado, con hambre y
de mal humor; fueron unas 9 horas en turno, esperando poder llenar el tanque
hasta nuevo aviso.
Hoy, como a eso de las 11:00 a.m.
salimos con destino al supermercado, caminamos hasta la otra esquina de la
calle pues cuando llegó a casa no encontró estacionamiento disponible frente al
edificio donde vivimos. Una vez montados en el auto, al mirar por el retrovisor,
mi esposo se percató de que el cristal trasero estaba totalmente quebrado a
punto de caer.
Al bajarnos a verificar, se
acercaron unos hombres vecinos del lugar. Encontramos una bala alojada en el
marco del cristal. Todo indica que una de las balas del combate en la ruta
principal -aproximadamente a unos 300 pies de distancia- impactó nuestro vehículo. Cuentan los hombres que algunos proyectiles impactaron muros del edificio donde viven ellos.
![]() |
Click to Zoom: Agraciadamente se trató sólo de una bala. |
![]() |
Click to Zoom |
Mientras conducía iba callado; lo
conozco, sé que estaba sumamente molesto. Sin embargo, cuando finalmente abrió
su boca, lo único que dijo fue; “¡Alhamdulillah!”. Le pregunté por qué le
agradece a Dios a pesar de estar molesto y me contestó, que le agradece porque confía
en que lo sucedido tiene un propósito que tal vez el nuca comprenda o conozca,
pero aun así confía en la sabiduría y bondad de Dios.
![]() |
Click to Zoom |
![]() |
Click to Zoom |
©2013-2015.Los Relatos de Aziza.
Todos los derechos reservados.
Wow! Que bonito! La Fe ante todo! Eres Bendecida Daritza!
ResponderEliminar