martes, 20 de enero de 2015

Me voy a comprar una piña. ¡Ya verán!

Y después del corte de energía eléctrica de casi 12 horas ando cantando como Yuri; “Con el apagón ¡Que cosas suceden! ¡Qué cosas suceden! Con el apagón”.
No había gas, no había luz, no había Internet, ni había agua. Marido había salido y yo a oscuras y aburridísima. Así que decidí armarme de una linterna y atacar la nevera…
Croissant fresco, queso crema, mermelada de fresas y un tarro de crema de avellanas tipo “Nutella”. ¡Haram! ¡Haram! Lo sé, pero que se #$%* Nada de culpas, mi única preocupación era con qué cuchara servirme, ¿Con la grande o con la chiquita?
 
 

Estos apagones no son fáciles, pero nada como escuchar la alegría colectiva que se da en los barrios libios cuando “viene la luz”.
Marido había llegado, pero decidió salir nuevamente a comprar un encendedor al colmado de la esquina. Tenemos linternas, pero nos gusta la habitación a la luz de las velas, ahora más, que las colocamos dentro de mi lamparita mágica y se ilumina la habitación con la proyección de los rayos que se escapan por los huequitos de la cúpula. Sí, esa misma, la lámpara que compramos en el viaje a Al-Bayda (Relato Un Cuento de Camino).
 
Marido a penas iría doblando la esquina cuando llegó la luz y Al-Salmani entero se llenó de vítores.
-¿Los escuchaste? Le pregunto a su regreso.
- ¡Alahu Akbar! ¡Alahu Akbar! Pronuncia Marido, imitando las voces que al momento le llegaron salidas desde todas las ventanas iluminadas.
 
Hasta silbidos se escuchaban, junto con las risas y el universal “¡Ehhhh!” por boca de los más contentos; los niños. Y digo los niños, porque para cuando reinstalaron el servicio eléctrico, ya habían pasado todas las novelas o como dicen aquí, “los dramas”, así que las mujeres habrán pegado carrera a lavar los platos de la cena, porque cuando nos quedamos sin luz, al poco rato también se nos va el agua.
La contentura nos duró muy poco, justo el tiempo que demoré en limpiar la cocina y lavar unos trastes que habían quedado pendientes antes de decidir irnos de compra como a eso de las 11:00 a.m. Creo que fueron unos 40 o 45 minutos, y así, de sopetón y al unísono se volvieron a apagar todos los televisores y bombillas de Al-Salmani; -me imagino las caritas de sonrisas desdibujadas-que con el frio que hace es motivo suficiente para ponerse el pijama y acurrucarse en la cama. Hasta que Marido te dice que tiene hambre.
 
 
Ni modo. ¡Pa’ la cocina! Linterna en mano nuevamente y repetición de la combinación “haram” del croissant embadurnado. Aprovechando que teníamos una bola de queso holandés, jamón de pavo y aceitunas, me di a la tarea de preparar unos piscolabis y para acompañar nada como los refresquitos “Freez” –esta vez con sabor a Lychee-. ¡De Show!
-¿Qué hiciste? Pregunta Marido alumbrando la bandeja con su linterna.
-Una fiestita. Es una costumbre de mi madre heredada de mi abuela paterna. Cuando más distraídos estamos viendo la tele o conversando en el balcón, Mami Sata se aparece con una bandeja de queso, jamón, galletas; con café, chocolate caliente o jengibre en leche y mantequilla. Entonces nos dice, ¡Fiestita! Le cuento con voz vívida al tiempo que se me ilumina la mirada y se me dibuja una sonrisa.
Marido comía mientras le contaba de aquella costumbre común en el Puerto Rico de mi infancia, la de colocar piñas decoradas con entremeses en palillitos de colores como centros de mesas en los cumpleaños y todo tipo de fiesta.
 -¿Ya no lo hacen? Pregunta Marido.
Con nostalgia le contestó que ya no, que al parecer ahora se toma por algo pasado de moda, y conociendo a mi gente, me atrevo a decir que llegar a una fiesta y encontrarse una piña decorada con salchichones, jamones, “cherrys”, aceitunas, queso de papa y pasta de guayaba, les puede parecer corriente y ordinario o como se dice en Puerto Rico, “cafre”. Pero a mí me gustaban las piñas decoradas y el olorcito rico que exhalaban, casi en forma de suspiros cada vez que se le arrancaba un palillito de entremeses con la punta cubierta en papelitos de colores.
¡Ya verán! Me voy a comprar una piña y la voy a decorar de entremeses. Me los voy a comer con los ojos cerrados, repasando los olores, sabores y colores de mi niñez. ¡Ya verán! 

29 comentarios:

  1. Nada como las boricuadas. Siempre es un placer leerte Flory Stevens Shaw

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  2. Que recuerdos!!! Mi padrino y mi tia tenian un catering y recuerdo muchas piñas sobre una inmensa mesa listas para ser decoradas. En algunas fiestas las usaban hasta de centro de mesa y al final alguien salia cargando con la piña.

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  3. Si seria bueno volver a ponerlas en las actividades, porque los sanwichitos de mezcla no los han descartado!

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    1. Aimee, tenemos que ponerlas de moda nuevamente. Lol

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    2. Yo no se pero seria una chuleria rescatar esa costumbre! Y sabes que recuerdo de ni~na en la fiestas del vecindario hacian lo propio con toronjas forrdas de papel de aluminio !

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    3. Siiiii. Papi me recordó las toronjas. ¡Es cierto!

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  4. Y que haces para que las carnes no se danen?

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    1. Agraciadamente tenemos unas 4 carnicerías en un perímetro de tres cuadras, se compra a diario o cada dos días.

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  5. Love it! Nunca he visto esta piña pero me encanta el concepto. Yo me atrevería llevarlo a una fiesta! Piña retro!

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    1. Hay que ponerlas de moda nuevamente. Lol

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    2. Me mato con el "piña retro"... voy a comenzar a llevar piñas retro a las fiestas que me inviten.

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    3. ¡Tremendo! Definitivo el movimiento se llamara "Puerto Rico: Piña retro 2015" ¡Me muero!

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  6. Ayyy que recuerdos!!! Cuando se estaba acabando la fiesta y todos estaban “on the dance floor” mis primas y yo nos íbamos por las mesas para llevarnos las piñas y si mis tías o mi mama se daban cuenta a nosotras eran las que nos daban piña por “presentá”

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  7. Ay Yarinsi q me haces recordar y reir!! Un abrazo!!

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  8. Q ricooo..yo nunca hice eso en mi infancia...soy del sureste del país.

    Gracias por tus relatos..me encantan!!!

    Claribel

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  9. Fiestita!!! Que rico... las hago aqui a menudo.. solo para mí!!

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  10. Kataaaaaa!!! Esperemos en Dios poder hacer fiestitas juntas de nuevo. ¡Te quiero!

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  11. Recuerdo que ates también se usaban toronjas envueltas con papel de aluminio. Y se llenaban con palillos con queso de papa, cherries, aceitunas, salchichón, etc. Llegué a ir a bodas con piñas "rellenas" como centros de mesa. Qué recuerdos.

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  12. Jajjaja no recuerdo lo de la piña pero espero la foto de la que hagas!

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  13. ¡Brutal! Se me salió una lágrima y todo...

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  14. Hay me acordastes las piñas que tan ricas son la proxima actividad que tenga y me toque llevar algo, la voy a preparar como en PR, lo unico que con las carnes halal,,,,,jijijiij desde que mi esposo llego a USA cambie toda mi alimentacion y estoy en la linea y me siento bien saludable y que crees...como mas que antes pero como es saludable y la carne difinitivamente hacen la diferencia. No se tu pero yo cuando el llego que empezamos el proceso de ajuste entre nosotros y eso incluia la alimentacion; a pesar de que he leido mucho sobre el proceso de las carnes y como matan los animales los musulmanes practicantes no lo entendi hasta que cocine la primera carne que fue pollo. Notaba los pollos pequenos y dije: "Hay bendito este pollo esta tan pequeno pero cuando lo cocine, note la diferencia, en el olor y el sabor. Tambien las carnes rojas no huelen como a no se que las que se compran en los supermercados regulares. Pero cuando cocinas una (de este lugar que compramos que me encanta) las carnes ni grasan tienen tienes que añadirle aceite de oliva para un poquito de grasa y no huelen como a sangre o no se ni como decirle, huelen solo las especies que uso para cocinar......Bueno solo comento...hace tiempo queria decirte sobre la alimentacion que cambie! Gracias a Dios y a mi esposo! Todos me gufean (los boricuas amigos y familiares) todo el tiempo con mis carnes halal pero me importa yo no le doy color a lo que no lo merece. Me encanta mi nueva alimentacion!

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  15. Carnes hala seria buen tema de expandir y compartir con todas nosotras gracias!

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