Y después del corte de energía eléctrica de casi 12 horas ando
cantando como Yuri; “Con el apagón ¡Que cosas suceden! ¡Qué cosas suceden! Con
el apagón”.
No había gas, no había luz, no había Internet, ni había agua.
Marido había salido y yo a oscuras y aburridísima. Así que decidí armarme de
una linterna y atacar la nevera…
Croissant fresco, queso crema, mermelada de fresas y un
tarro de crema de avellanas tipo “Nutella”. ¡Haram! ¡Haram! Lo sé, pero que se
#$%* Nada de culpas, mi única preocupación era con qué cuchara servirme, ¿Con
la grande o con la chiquita?
Estos apagones no son fáciles, pero nada como escuchar la alegría
colectiva que se da en los barrios libios cuando “viene la luz”.
Marido había llegado, pero decidió salir nuevamente a comprar un
encendedor al colmado de la esquina. Tenemos linternas, pero nos gusta la habitación
a la luz de las velas, ahora más, que las colocamos dentro de mi lamparita mágica
y se ilumina la habitación con la proyección de los rayos que se escapan por
los huequitos de la cúpula. Sí, esa misma, la lámpara que compramos en el viaje
a Al-Bayda (Relato Un Cuento de Camino).
Marido a penas iría doblando la esquina cuando llegó la luz y Al-Salmani entero
se llenó de vítores.
-¿Los escuchaste? Le pregunto a su regreso.
- ¡Alahu Akbar! ¡Alahu Akbar! Pronuncia Marido, imitando las
voces que al momento le llegaron salidas desde todas las ventanas iluminadas.
Hasta silbidos se escuchaban, junto con las risas y el
universal “¡Ehhhh!” por boca de los más contentos; los niños. Y digo los niños,
porque para cuando reinstalaron el servicio eléctrico, ya habían pasado todas
las novelas o como dicen aquí, “los dramas”, así que las mujeres habrán pegado
carrera a lavar los platos de la cena, porque cuando nos quedamos sin luz, al
poco rato también se nos va el agua.
La contentura nos duró muy poco, justo el tiempo que demoré en
limpiar la cocina y lavar unos trastes que habían quedado pendientes antes de
decidir irnos de compra como a eso de las 11:00 a.m. Creo que fueron unos 40 o
45 minutos, y así, de sopetón y al unísono se volvieron a apagar todos los
televisores y bombillas de Al-Salmani; -me imagino las caritas de sonrisas desdibujadas-que con el frio que hace es motivo
suficiente para ponerse el pijama y acurrucarse en la cama. Hasta que Marido te
dice que tiene hambre.
-¿Qué hiciste? Pregunta Marido alumbrando la bandeja con su
linterna.
-Una fiestita. Es una costumbre de mi madre heredada de mi
abuela paterna. Cuando más distraídos estamos viendo la tele o conversando en
el balcón, Mami Sata se aparece con una bandeja de queso, jamón, galletas; con café,
chocolate caliente o jengibre en leche y mantequilla. Entonces nos dice,
¡Fiestita! Le cuento con voz vívida al tiempo que se me ilumina la mirada y se
me dibuja una sonrisa.
Marido comía mientras le contaba de aquella
costumbre común en el Puerto Rico de mi infancia, la de colocar piñas decoradas con entremeses en palillitos de colores
como centros de mesas en los cumpleaños y todo tipo de fiesta.
Con nostalgia le contestó que ya no, que al parecer ahora se toma
por algo pasado de moda, y conociendo a mi gente, me atrevo a decir que llegar a una
fiesta y encontrarse una piña decorada con salchichones, jamones, “cherrys”, aceitunas,
queso de papa y pasta de guayaba, les puede parecer corriente y ordinario o
como se dice en Puerto Rico, “cafre”. Pero a mí me gustaban las piñas decoradas
y el olorcito rico que exhalaban, casi en forma de suspiros cada vez que se le
arrancaba un palillito de entremeses con la punta cubierta en papelitos de
colores.
¡Ya verán! Me voy a comprar una piña y la voy a decorar de
entremeses. Me los voy a comer con los ojos cerrados, repasando los olores,
sabores y colores de mi niñez. ¡Ya verán!
Nada como las boricuadas. Siempre es un placer leerte Flory Stevens Shaw
ResponderEliminarHasta que se te dio lo de comentar querida Flory.
EliminarQue recuerdos!!! Mi padrino y mi tia tenian un catering y recuerdo muchas piñas sobre una inmensa mesa listas para ser decoradas. En algunas fiestas las usaban hasta de centro de mesa y al final alguien salia cargando con la piña.
ResponderEliminarNena, que al final se las peleaban... Lol
EliminarSi seria bueno volver a ponerlas en las actividades, porque los sanwichitos de mezcla no los han descartado!
ResponderEliminarAimee, tenemos que ponerlas de moda nuevamente. Lol
EliminarYo no se pero seria una chuleria rescatar esa costumbre! Y sabes que recuerdo de ni~na en la fiestas del vecindario hacian lo propio con toronjas forrdas de papel de aluminio !
EliminarSiiiii. Papi me recordó las toronjas. ¡Es cierto!
EliminarY que haces para que las carnes no se danen?
ResponderEliminarAgraciadamente tenemos unas 4 carnicerías en un perímetro de tres cuadras, se compra a diario o cada dos días.
EliminarLove it! Nunca he visto esta piña pero me encanta el concepto. Yo me atrevería llevarlo a una fiesta! Piña retro!
ResponderEliminarHay que ponerlas de moda nuevamente. Lol
EliminarMe mato con el "piña retro"... voy a comenzar a llevar piñas retro a las fiestas que me inviten.
Eliminar¡Tremendo! Definitivo el movimiento se llamara "Puerto Rico: Piña retro 2015" ¡Me muero!
EliminarAyyy que recuerdos!!! Cuando se estaba acabando la fiesta y todos estaban “on the dance floor” mis primas y yo nos íbamos por las mesas para llevarnos las piñas y si mis tías o mi mama se daban cuenta a nosotras eran las que nos daban piña por “presentá”
ResponderEliminarEs que hasta las imaginé... jijiji
EliminarAy Yarinsi q me haces recordar y reir!! Un abrazo!!
ResponderEliminarQ ricooo..yo nunca hice eso en mi infancia...soy del sureste del país.
ResponderEliminarGracias por tus relatos..me encantan!!!
Claribel
Inténtalo te va a gustar
EliminarTrato de poner comentarios pero cuando le doy publicar no salen
EliminarPero, ¿Cómo así Elena? Te estoy leyendo.
EliminarFiestita!!! Que rico... las hago aqui a menudo.. solo para mí!!
ResponderEliminarKataaaaaa!!! Esperemos en Dios poder hacer fiestitas juntas de nuevo. ¡Te quiero!
ResponderEliminarRecuerdo que ates también se usaban toronjas envueltas con papel de aluminio. Y se llenaban con palillos con queso de papa, cherries, aceitunas, salchichón, etc. Llegué a ir a bodas con piñas "rellenas" como centros de mesa. Qué recuerdos.
ResponderEliminarJajjaja no recuerdo lo de la piña pero espero la foto de la que hagas!
ResponderEliminar¡Brutal! Se me salió una lágrima y todo...
ResponderEliminar¿No me digas que por lo de la piña?
EliminarHay me acordastes las piñas que tan ricas son la proxima actividad que tenga y me toque llevar algo, la voy a preparar como en PR, lo unico que con las carnes halal,,,,,jijijiij desde que mi esposo llego a USA cambie toda mi alimentacion y estoy en la linea y me siento bien saludable y que crees...como mas que antes pero como es saludable y la carne difinitivamente hacen la diferencia. No se tu pero yo cuando el llego que empezamos el proceso de ajuste entre nosotros y eso incluia la alimentacion; a pesar de que he leido mucho sobre el proceso de las carnes y como matan los animales los musulmanes practicantes no lo entendi hasta que cocine la primera carne que fue pollo. Notaba los pollos pequenos y dije: "Hay bendito este pollo esta tan pequeno pero cuando lo cocine, note la diferencia, en el olor y el sabor. Tambien las carnes rojas no huelen como a no se que las que se compran en los supermercados regulares. Pero cuando cocinas una (de este lugar que compramos que me encanta) las carnes ni grasan tienen tienes que añadirle aceite de oliva para un poquito de grasa y no huelen como a sangre o no se ni como decirle, huelen solo las especies que uso para cocinar......Bueno solo comento...hace tiempo queria decirte sobre la alimentacion que cambie! Gracias a Dios y a mi esposo! Todos me gufean (los boricuas amigos y familiares) todo el tiempo con mis carnes halal pero me importa yo no le doy color a lo que no lo merece. Me encanta mi nueva alimentacion!
ResponderEliminarCarnes hala seria buen tema de expandir y compartir con todas nosotras gracias!
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