miércoles, 13 de noviembre de 2013

Sobre Allah, los burkinis y el hijab

Sobre Allah, los burkinis y el hijab

Ya salió el nuevo relato de Aziza, versión Endi.com…


 
Sobre Allah, los burkinis y el hijab

 Una amiga pregunta si en Libia las mujeres usan trajes de baño y van al salón de belleza, mientras que un seguidor en Blogger quiere saber si dejé de creer en Dios para creer en Allah porque en varias ocasiones ha leído en mis escritos la expresión árabe-musulmana “Insha Allah”. Entonces me pareció buena idea compartir la información con los lectores aquí en elnuevodia.com. Vengo de una familia católica, desde pequeña me enseñaron a creer en Dios y ahora de adulta he tomado la decisión de seguir creyendo. Judíos, cristianos y musulmanes creen en un mismo Dios, profesan las llamadas religiones monoteísta o como dirían los musulmanes, “del Libro” (Sagradas Escrituras).

 

Entonces decir Allah es decir Dios en idioma árabe, al igual que decir God es decir Dios en inglés. Así que no he cambiado de Dios, solo he aprendido a nombrarlo en otro idioma, como quien lo ha llamado Jehová o Yahveh, transcripciones del hebreo "Yehowah" or "Yahweh”.  Sobre la expresión “Insha Allah” les cuento que junto con la de “Salam Aleikum – Wa Aleikum Salam” son expresiones muy comunes tanto en países árabes como entre musulmanes alrededor del mundo, de hecho son las dos expresiones que primero se aprenden y más se utilizan cuando se vive en un país de tradición islámica. “Insha Allah” significa “si Dios quiere”, “si Dios permite” o “Dios mediante”. Expresiones que también son muy comunes en idioma español por parte de creyentes cristianos.  Por otro lado la expresión árabe de “Salam Aleikum” es una que el musulmán utiliza como saludo o despedida que podría ser traducida como “La paz sea contigo" y que se debe contestar con un “Y contigo también sea la paz” (Wa Aleikum salam).

 

En cuanto a lo de las visitas a los salones de belleza les cuento que son de lo más común, pues la mujer árabe gusta de estar siempre bien arreglada y atractiva tanto para el deleite de su esposo, como para figurear ante otras mujeres en ocasión de ser invitada a alguna boda. Según las posibilidades económicas de cada quien suelen invertir bastante dinero en productos y servicios de belleza que van desde depilación y tratamientos para la piel, hasta tatuajes con henna. Y ni hablar de la adquisición de ropa y accesorios de último grito; pero de la moda islámica, como irónicamente se conoce a pesar de que la religión hace un llamado a la humildad, discreción y modestia.

 

En otra ocasión tomaremos este tema con mayor detenimiento porque tendríamos que hablar sobre la fascinación por las joyas y el oro que en muchos casos además de la ostentación tiene la finalidad de convertirse en el patrimonio de las mujeres, sobre todo en caso de un divorcio o la tan temida viudez. Así que las mujeres musulmanas que utilizan hijab, van al salón de belleza y se miman estéticamente como cualquier otra mujer del planeta pero antes de salir a la calle se cubren el cabello porque solo le interesa lucir bella para sí misma y para el hombre que comparte su vida y quien en la gran mayoría de los casos le provee todo lo económico y material que precisa.

 

En cuanto a lo del uso de ‘trajes de baño’, en efecto es una pieza dentro del guardarropa de la mujer musulmana, pero no se asemeja en lo absoluto al que regularmente utilizamos las mujeres de occidente. En las tiendas ‘online’ se le encuentran bajo el nombre de “Burkini” (Burca + Bikini), quienes se aventuren a buscar más información en la red apreciaran que son piezas fabricadas con telas flexibles y en ocasiones impermeables. Hasta donde tengo entendido es el único modelo aceptado dentro de la cultura árabe-musulmana a menos que decidas entrar a la piscina o a la playa con “abaya” (vestido largo y cubridor, regularmente en color negro de uso diario para salir a la calle) o cualquier otra vestimenta que no se adhiera al cuerpo o se corra con el movimiento dentro del agua dejando expuesta la piel. Lo importante para las mujeres musulmanas practicantes es el recato y la modestia, y el ‘Burkini’ les permite disfrutar del mar o las piscinas con una vestimenta apropiada y en acuerdo a la fe religiosa que profesan.

 

Pero no todos ven el “Burkini” con tan buenos ojos. He encontrado información en Internet sobre el rechazo que la vestimenta femenina-musulmana está confrontando en países europeos como Francia y Holanda. La situación es tan seria que en Francia han prohibido el uso del ‘hijab’ (paño con el que la mujer musulmana se cubre la cabeza, mas no el rostro) y las Burkas (vestimenta islámica que cubre a la mujer por completo, incluido el rostro y las manos). Mientras que en Holanda en algunos lugares se le prohíbe a la mujer musulmana vestir el Burkini. Entonces en este mundo que gira sin que lo podamos evitar, mientras unas defienden su derecho a mostrar sus cuerpos, otras defienden el derecho a cubrirlos; es una cuestión de criterio, de creencias, de libertad de elección que se debe respetar de ambas partes.

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