jueves, 2 de abril de 2015

Niños






Serían como las 5:00 p.m. cuando Marido se fue a transportar a una de sus hermanas de su trabajo a la casa. Y para cuando dieron las 6:00 p.m. se escucharon detonaciones muy cercanas, tipo fuego cruzado.

Fui hasta el salón principal y a través de los huecos de las celosías vi cómo la veintena de niños que suele jugar frente al edificio corrían despavoridos. Algunas madres los llamaban desde las ventanas de los edificios.

También vi cómo el vecino del edificio de enfrente -el que vende pollos- cruzaba la calle de cabeza agachada para venir hasta nuestra acera a rescatar a dos de sus hijos, niña y niño.

Otro grupo salió corriendo del campo de fútbol de la escuela, pero no se atrevieron a cruzar la calle y se pegaron de espaldas al muro blanco atestado de grafitis con propaganda alusiva al conflicto. La intensidad del momento es tanta que uno juraría ha pasado más tiempo del real, pero ciertamente no fue cosa de dos minutos.

Mi esposo llegó cuando la noche ya había caído y estando sentados a la mesa, cenando, le comenté lo ocurrido. Antes de que pudiese finalizar mi relato se repitió la escena.

Una vez más vimos como “el pollero” salía del edificio corriendo de cuerpo agachado, cruzando la calle del lado contrario en dirección al muro del campo de fútbol.

Llamaba desesperadamente a uno de sus hijos, esta vez se trataba del mayor. El hombre se aferraba al muro y gritaba el nombre de su hijo a través de unas rejillas en la parte superior de la puerta metálica que da entrada al plantel escolar.

Salieron niños, adolescentes y un adulto. El hombre tomó de la mano a su hijo, lo cruzó a empujones.

“¡Dios mío! Que no lo deje salir más en lo que queda de noche. Ese hombre si no muere de un balazo, va a morir de la presión o un ataque al corazón. ¡Que los encierre!”, fue lo único que pude decir.

Nos regresamos a la mesa y terminamos nuestra cena escuchando la balacera.

09:40 p.m.: A lo lejos se escuchan sirenas de ambulancias y policías.
 
10:03 p.m.: los niños y jóvenes han regresado al campo de fútbol.

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