martes, 1 de abril de 2014

¡A sacar la cara!


 
 Ya comencé a guardar los abrigos y a sacar la ropa un poco más ligera. Total que aún tengo por delante 14 días hasta el regreso de Habibi, mientras tanto el aislamiento, que en lo posible trato de hacerlo productivo, me permite vestir  como se me antoje. De todos modos ya no preciso las prendas de lana que estuve usando desde noviembre cuando llegué de mis vacaciones en  Puerto Rico hasta ahora; prendas sin las que me hubiese muerto porque soy “caribeñamente” friolenta. Total, que dentro de muy poquito me leerán lamentándome del calor infernal que en ocasiones llega hasta los 115° y no estoy hablando de sensación térmica. Pero no voy a pensar en eso porque de hacerlo me sofoco y se supone estamos en primavera. Mañana a la que salga el sol, me envuelvo la cabeza en algún velo y me arriesgo a abrir la ventana que da para el jardín. Quiero sacar la cara para sentir el sol y la brisa fresca que abanica las ramas ya engalanadas del único patio verde en muchas cuadras a la redonda. Así como cuando era niña, que tan pronto ponían el carro en marcha sacaba medio cuerpo por la ventana para desafiar la fuerza del viento y sentir el fresquito en la cara.





Daritza Rodríguez-Arroyo, Todos los derechos reservados de autor / copyright©.

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